Me tomé un segundo más y encontré una que parecía ajustarse un poco: “Sensación o impresión producida en el oído por un conjunto de vibraciones que se propagan por un medio elástico, como el aire”. Otra vez, Eureka! Creo amigo lector que coincidimos en éste momento en que para definir el sonido y por supuesto la música misma, es necesario entrar al mundo de las sensaciones, de las percepciones, al terreno del arte, en el cual las cosas y las situaciones se pueden ver distintas, dependiendo del oído (si éste permite “ver”) y del oyente mismo.
Acudiendo a Schwitters la siguiente definición de sonido me pareció mucho más apropiada para los efectos de contestar la pregunta inicial: “El sonido sólo es unívoco en la palabra hablada. En la escrita depende de la capacidad imaginativa del observador. De ahí que el sonido sólo pueda ser material para la declamación y no para la poesía”
Qué es la música entonces? Mi borrador de definición podría ser el siguiente, independientemente del género de predilección de cada quien: La música es ese conjunto de sensaciones que dependiendo del estado de ánimo te hace sentir que estás vivo! Me explico: Si estás sufriendo por un amor, una canción de despecho hará sangrar tu corazón y te obligará a escuchar una y otra vez esa canción sentida que te oprime el pecho; si estás enamorado, la música te hará estremecer de tal manera que el nudo que se forma en tu garganta, te hará sentir que esa canción que escuchas fue escrita justamente para ti y tu amada. Si lo tuyo son las causas imposibles, la música traerá a tu mente escenas de grandeza del ser humano ante las adversidades; si lo tuyo es Dios (cualquiera que sea tu concepción de é), la música de alabanza te hará elevar las manos al cielo; si lo tuyo es el orgullo por tus raíces, un sonido de tiples y bambucos te hará sentir que haber nacido en Colombia es una bendición.
Pero bien, no siempre la música que unos consideran “buena” lo es para otros. Las diferencias inherentes al ser humano se encuentran también en este mundo de las sensaciones, derivadas de la cultura y proceso de crianza de cada individuo, de modo que los gustos o preferencias musicales de cada quien “hablan” sin quererlo de sus experiencias de vida, formación académica en muchos casos y de incluso el círculo social. Pero bien, en cuanto al orgullo por las raíces, no cabe duda en que el sonido de una marimba de chonta, de un tiple, de un charango o de una bandola traen a la memoria experiencias de vida muy marcadas para quienes pertenecen a una cultura en particular.
El sonido del acordeón podrá evocar en un argentino el recuerdo de la casa materna al imaginar una chacarera, y el mismo sonido de acordeón traerá para un colombiano sin lugar a dudas la evocación de una parranda vallenata acompañada de caja y guacharaca.
Creo que estaremos de acuerdo en que el sonido de un charango nos lleva a imaginar los andes y las alturas altiplánicas, y que el sonido de un tiple nos lleva imaginariamente a tierras en las que el bambuco y el pasillo son los reyes y señores de las noches de bohemia. En todo caso, la música acompaña al hombre en todos sus momentos, haciendo parte de cada ocasión y ceremonia. Somos seres de rituales.
Se imagina el amable lector una boda sin la marcha nupcial? La navidad sin villancicos? Un funeral sin réquiem? Un funeral sin lumbalú? La música hace que las sensaciones propias de cada situación se vivan con mayor intensidad. Sin música la vida simplemente no lo es. Están de acuerdo?
Ahora si, cuénteme mas bien, ¿cual es su definición de música?
RICARDO ALFONSO HERRERA C.
Productor radial MESTIZAJES
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Twitter: @radioMESTIZAJES