En este departamento, uno de los más nuevos y pequeños de Colombia, se cosecha una calabaza que puede llegar a tener diversos tamaños y ya desde el pasado daba origen a la generación de espacios para que los campesinos concursaran con el fruto más grande y que por nombre lleva: Cuyabra, palabra que es también gentilicio a quienes pueblan estas cálidas y verdes tierras.
El Cuyabrito de Oro, nació con este siglo, por iniciativa de un grupo de habitantes de esta llamada ciudad milagro, se destacan nombres como los de Tobías y Natalia Bastidas, padre e hija, personajes comprometidos con la divulgación y promoción de nuevos protagonistas en el escenario de los pasillos, bambucos, guabinas y otros tantos exquisitos ritmos del banquete artístico colombiano; también en este evento, además de escuchar interpretaciones instrumentales y vocales, se concursa con danza como expresión genuina de nuestra idiosincrasia.
Detrás de cada participante hay historias particulares, familias que se han dado la loable oportunidad de que, en sus casas, por encima de costumbres y expresiones foráneas, existan melodías de nuestra identidad y acompañen el crecimiento de las generaciones que a su vez serán las encargadas de prolongar el gusto nuestra incomparable riqueza cultural.
Ya en varias ocasiones hemos insistido en la constante y afortunada renovación de la música colombiana, para el caso del Cuyabrito de Oro no solo es evidente la transformación de artistas y público, también es emotivo destacar que las letras que se interpretan en distintas etapas clasificatorias y gran final corresponden a contenidos propios de la vivencia de los niños y afloran composiciones de antiguos y nuevos creadores de repertorio como Juan Consuegra, Doris Chavez Carrillo, Luz Marina Posada, Ana Maria Naranjo, Silvia Zapata, Fabio Alberto Ramirez, Gustavo Adolfo Renjifo, Martha Elena Hoyos, Jose A Morales, Ricardo Castro, Paula Giraldo, , Leon Cardona y Alvaro Romero entre muchos otros. Se destaca en el cuadro de ganadores al Dueto Arena y Mar, conformado por Karen Sofia y Juliana Fonseca Ortiz y en representación del departamento de Boyacá, quienes obtuvieron el primer puesto en la modalidad vocal A y fueron las ganadoras del gran premio Cuyabrito de Oro 2018. Incorporaron en su presentación la obra “Sin Temor”, en ritmo de Fox, composición del antioqueño Jhon Jairo Torres de la Pava; el bambuco “Colombiana” del quindiano Ancizar Castrillón Santa y el Pasillo “A Quien le Pido” del boyacense José Ricardo Bautista.
Otras distinciones otorgadas fueron concedidas a Juan Diego Panadero en representación de Cundinamarca como mejor intérprete instrumental, Mariana y Juan Escobar del Quindío como mejor pareja de Baile; Ana Sofía Zapata de Antioquia en el primer puesto de la modalidad Vocal B y la mejor obra inédita “Nací para Cantar” de la joven vallecaucana y muy talentosa Maria Isabel Mejía.
Se percibe al cierre del certamen, una atmósfera de satisfacción, emoción y un alto grado de nostalgia; así como la sensación de ir en el camino correcto, de saber que no son en vano los múltiples esfuerzos de maestros y familiares por conseguir que la música y en especial la nuestra, ocupen un lugar importante en la cotidianidad de las generaciones que son presente y futuro de nuestra cultura.
¡Muy bien por los niños y por todos aquellos que silenciosamente trabajan en nuestra extensa geografía por el amor, difusión y fortalecimiento de nuestra música, la mejor del mundo!
Que viva el FESTIVAL CUYABRITO DE ORO!